Los dichos de la mano recoge una colección de poemas breves —al estilo del haiku japonés— publicados en Ólvega en el año 2005 y que, dicho sea de paso, dio nombre a la colección homónima de esta Editorial Independiente.Es, hoy por hoy, mi única obra concebida propiamente como «libro de poesía», en el que, además, las imágenes complementan al texto, dividido por ellas en tres grandes apartados.
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Cést mon petit doigt qui me l’a dit
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PRO LOGO
Me gusta lavarme las manos
Enjabonarlas
Abundantemente
Masajearlas
Que choquen entre sí
Como dos luchadores en la arena
Hueso contra hueso
Con energía
Pero delicadamente
Deslizando
Unos dedos entre otros
Como las piernas de los amantes en el lecho
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Me lavo las manos
De la misma forma que mi padre
Con reverencia ritual
Dejando que el agua
Arrastre con suavidad la espuma
Y peine el pelo del antebrazo
Aprendí
Como a todo
Mirando con ojos de niño
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Las manos de mi padre
Son fuertes
Bellas
Más grandes y hermosas que las mías
Yo tengo las manos de mi abuelo
Aún las recuerdo
Suaves y un poco frías
En su lecho de enfermo
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Son manos semitas
Hechas para la escritura
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GRAMÁTICA
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A
Éste hizo al hombre
Éste es un monte de espuma
La raíz oscura
Que recorre mi espinazo
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O
Éste es el que es
El que indica el camino
El origen
La corona de rayos
Que despierta al mundo
Con su voz azul
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U
Éste es el caballero verde
Rey de los locos
Que pierde su cabeza
En el calor de tu vientre
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E
Éste es el sabio
Doctor luminoso
Que gobierna el corazón
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I
Éste es el pequeño
Héroe astuto de los cuentos
El más sagaz
El que conoce el camino
El que va
Y el que vuelve
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NOCHE OSCURA
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No distingo los dedos de mi mano
No se oyen las palabras
El bosque está en silencio
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ANATOMÍA
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La mariquita
Lee mi mano
Verso a verso
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CÍRCULO
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En el prado
Un corro de setas
Brotaron los versos
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Los versos garabateados
Huellas de un ave nocturna
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Escapó el poema
Avefría entre la espesura
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Olvidé el poema que había ensoñado
La luz borró sus huellas
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La luz del alba
Ciega al poeta
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Era una metáfora azul
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LIBACIÓN
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Tu cuerpo
Flor nocturna
La miel nace en tus dedos
La ceniza en mis palabras
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BLANCAFLOR
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Callamos
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Mis dedos hablan
Mientras bebo de tu boca
El licor de tus palabras
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CINERES
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En cada celdilla
Muda
Una crisálida
La luz no encuentra
El descanso de las hojas
La miel no halla labios
Sino dientes
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CENICIENTO
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Perdió una bota
El soldado
Pero encontró su pie
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CAPERUCITA ROJA
(para perderme mejor)
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A través de tus labios
Lo más oscuro del bosque
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Amarte es intentar
Adivinar las cartas de tu mano
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SILENCIO
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Para cuando no me oigas
Mis dedos tejen
Este tapiz de dichos
Esta oscura anatomía
Del decir
Este juego de manos
Del pensamiento
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Añorada infancia
Cuando todo estaba a punto de comenzar
Cuando Dios
—Una hormiga—
Bailaba en la palma de mi mano
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Hay que regresar
Crecer es dejar de ser
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TIEMPO
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Las vidas que no viví
Las vidas que pude haber vivido
Llenas de rostros que olvido
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DE LA MUERTE ME ASUSTA…
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Mis manos cercenadas
Mis manos alejadas
Mis manos ateridas
Mis dedos como larvas
O pupas que dormitan
Bajo las rojas sábanas de otoño
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POST LOGO
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Aquí están mis manos
Aquí están mis ojos
Aquí susurra todavía
Mi saliva
Húmeda como la vida
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Aquí el dedo mancha la hoja
Como la palabra contamina el instante
Aquí el tiempo
Se hace espacio
Y el ánimo se hace alma
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Aquí se ven las huellas
El rastro de las noches sin sueño
Que escapan como un animal herido
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Aquí acaba el hilo rojo
Que ha recorrido el laberinto
De las generaciones
El labio aún caliente
De la ola de hombres y mujeres
Que todavía sienten
Con las yemas de mis dedos
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Aquí están
Las tardes de tormenta en Zaragoza
La cerveza fría
Y la música pintada en las cavernas
Atravesada por dardos y saetas
De carne tibia
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Aquí se oye el ronco rumor
Del mar cantábrico
La voz estremecedora de ese dios
Que canta en el oído mineral de la noche
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Aquí están mis cabellos
Y los remolinos negros del cierzo en la calle
Aquí está también
El calor de tus muslos
De animal caliente y fértil
De gata, de yegua, de pan,
De mujer
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Aquí se ve con nitidez
La laboriosa fila de las hormigas
La voz lejana de mi abuela
Luminosa y cálida como el verano
Y el olor del boj
Que no cabe en esta hoja
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Aquí están mis labios
Aquí están mis dedos y mis versos
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Carlos Bozalongo, Los dichos de la mano, Ólvega, Papeles de la Calle del Gato, 2005.
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Marcapáginas de "Los dichos de la mano"
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Carlos González Sanz
Papeles de Casa Vigo 
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