Aunque no quiero entrar en las habituales guerras de cifras (ni tampoco cuento con los números exactos), quienes hemos vivido esta nueva Huelga General de Educación contra la nefasta Ley Wert en Graus hemos podido comprobar cómo se han quedado prácticamente paralizados los centros educativos de nuestra localidad (la asistencia de alumnos y alumnas ha sido casi testimonial y en el IES «Baltasar Gracián» calculo, por lo que me han comentado, que el seguimiento de la huelga por parte de mis compañeros y compañeras ha rondado el 80%). Todo un éxito, pues, que habla muy a las claras del rechazo frontal a la malhadada LOMCE, una nueva ley orgánica (y ya he perdido la cuenta de las que llevamos), que nos retrotrae al siglo XIX y que, pese a los cínicos discursos con que es defendida por nuestros gobernantes, lejos de solucionar ninguno de los problemas que «presuntamente» pretende afrontar, los agravará hasta el extremo, minando los principios básicos de la Educación Pública, único objetivo, en fin, que persigue realmente esta ley para mayor gloria y beneficio de quienes ven en la enseñanza un lucrativo negocio y en una sociedad cultivada, libre y con juicio crítico un peligro inaceptable para sus obscenos privilegios.
No entraré tampoco, por otra parte, en valorar las «perlas» que nos han dedicado nuestras autoridades y otros voceros del poder, que se han permitido el lujo de insultar al largo 80 % de la Comunidad Educativa que ha secundado la huelga, tildándonos de irresponsables e interesados en un alarde de cinismo auténticamente nauseabundo. Con la cabeza muy alta y sabiendo que, pese al cierto pesimismo que nos va invadiendo, su tiempo está empezando a acabar, simplemente diré, pensando en ellos, aquello de «ladran, luego cabalgamos», que aunque nunca fuera escrito por Cervantes (como muchos creen) y parece que, más bien, es un refrán de origen árabe, reelaborado en un poema de Goethe, define a la perfección la naturaleza de quienes no soportan ver cómo se van quedando atrás, encadenados a las puertas de los jardines de sus amos, y tienen, además, graves problemas para verbalizar el miedo y el odio que mana de sus relucientes dentaduras.
Por lo demás, la jornada, tal como habíamos acordado en una asamblea en nuestro instituto, se ha desarrollado siguiendo el siguiente programa, como podréis comprobar gráficamente en el reportaje fotográfico que os dejo al pie de esta entrada apresurada:
- 8:20-8:30 h.: Concentración a las puertas del IES «Baltasar Gracián» para salir de allí en manifestación hacia el Colegio «Joaquín Costa».
- 9:15 h. (al final hemos llegado sobre las 9:30): Concentración a las puertas de entrada del colegio.
- 10 h. (el retraso ha ido en aumento, recorriendo en manifestación las calles de Graus y concentrándonos previamente ante el monumento a Joaquín Costa, por lo que al final ha sido casi a las 11): Concentración en la Plaza Mayor, ante el Ayuntamiento de Graus, y recital de poesía reivindicativa (varios compañeros y un ciudadano que se nos ha sumado espontáneamente hemos leído textos de Ángel González, Jaime Gil de Biedma, Langston Hughes, Seamus Heaney y Pablo Neruda, tras lo cual hemos cerrado el acto acordando retomar los «Miércoles en Verde» para estar mejor coordinados y preparar nuevas movilizaciones).
Por mi parte pues, como decía al principio, considero que la huelga, al menos aquí en Graus, ha obtenido un éxito rotundo, destacando que, pese a que hemos sido menos las personas que hemos participado en los actos de protesta a lo largo de la capital ribagorzana, la mayor presencia de alumnos y alumnas, llevando su protesta a la calle, anuncia un cambio cada día más patente en la juventud, que empieza a ser cada vez más consciente de sus problemas y se apresta a tomar el futuro que les corresponde, mal que les pese a los fósiles vivientes que nos desgobiernan.