Seguramente muchos y muchas ya lo sabíais y estaba, por ello, empezando a sentirme un poco agobiado por no encontrar el momento para sincerarme con quienes me seguís en este medio; pero, además de que (literalmente, que no es excusa) no he encontrado en estos días tiempo casi ni para dormir, ya me conocéis: me gusta hacer las cosas en su momento y me he esperado hasta hoy (que ya se ha hecho ayer), el día en que oficialmente empieza la campaña electoral, para comunicaros que encabezo la lista de Aragón Sí Puede al Ayuntamiento de Graus y para explicaros esta decisión que, para bien o para mal, va a condicionar mi vida y la de los míos en estas próximas semanas y, quién sabe, quizá en los próximos años.
Os preguntaréis de dónde he sacado las fuerzas, pues no hace mucho me encontraba tan mal como para finiquitar la que ha sido mi verdadera pasión, la labor editorial; pero con vuestro apoyo, que os agradezco de corazón, he logrado transmutar la pesadumbre de estos tiempos aciagos en la fuerza y la ilusión necesarias para dejar a un lado los lamentos y lanzarme, junto a un magnífico grupo de personas (algunas de las mejores personas y profesionales de esta tierra ribagorzana), a trabajar para alumbrar un mundo más justo para todas y para todos. Y digo esto, por supuesto, con absoluto realismo y sin asomo alguno de soberbia; conociendo la escala en la que nos movemos, reconociendo que nuestras posibilidades son las que son y sabiendo que será muy duro y que tardaremos aún en ver los frutos de lo que ahora estamos sembrando. Solo espero, en fin, no decepcionaros y, en especial, no decepcionar a quienes han depositado y a quienes decidan ahora depositar en mí, en nosotros, su confianza y su esperanza de lograr un mundo mejor.
Y os confieso que me siento un poco abrumado y que como todo hijo de vecino tengo mis dudas y mis tribulaciones. Me digo, ¡pero dónde te has metido!, ¿cómo has llegado hasta aquí? Sin embargo, se me pasa en seguida y basta que me pare a pensar un segundo para poder responder con toda firmeza a estas preguntas y hasta para sentirme orgulloso por el paso dado y más que honrado por el lugar en el que me han puesto mis compañeros y compañeras.
Y es que la cosa no tiene vuelta de hoja: estoy donde estoy, he llegado a donde he llegado, para que en este momento histórico quienes así lo deseen puedan tener la opción de votar a una candidatura verdaderamente progresista para el municipio de Graus y no se nos escape, una vez más, el tren de la Historia. Estoy aquí para que los grausinos y todos los habitantes de nuestro municipio tengan la posibilidad de canalizar el enorme capital de ilusión que ha ido creciendo en nuestra sociedad en estos últimos años y meses de dura lucha por un mundo más justo y libre (esa enorme ilusión que algunos cínicos han querido confundir con rabia). Estamos aquí, en fin, para que las gentes de esta tierra puedan hacer llegar su voz y su voluntad a las que nunca debieron dejar de ser sus instituciones; para que las hagan suyas; para hacer de esa ilusión el trabajo de cada día; para borrar el miedo, que durante tantos años nos inculcaron, de una vez por todas; para que no les roben a nuestros hijos e hijas el futuro que merecen.
Por eso nos hemos metido en esta aventura, aun a sabiendas de que será duro; aun a sabiendas de que nos lo pondrán muy difícil. Pero es lo que hay, o dábamos el paso, o lo damos ahora todos y todas juntos, o quizá ya (y perdonadme el tono apocalíptico) no podamos darlo más adelante ante el tremendo retroceso en los más básicos derechos, libertades y servicios públicos que estamos padeciendo en medio del más descarado de los saqueos y de una degradación de la política y de los valores cívicos absolutamente nauseabunda. ¿Qué podíamos hacer si no?, ¿quedarnos en casa volviendo a dejar en las manos de los de siempre el futuro de nuestros pueblos y de nuestros descendientes?
Y está claro que tenemos por delante mucho trabajo por hacer, que las tribulaciones que hemos experimentado para sacar adelante, aquí en Graus, y también en Benabarre y en Castejón de Sos (¡magníficos nuestros compañeros de la Baja y la Alta Ribagorza!), no serán nada con la labor que nos espera en el caso de alcanzar nuestro objetivo. Dejemos ya a un lado pues las pequeñas diferencias de las que hacemos a veces castillos inexpugnables; dejemos también todo complejo, la tonta tentación del mimetismo de la vieja y caduca política a la que queremos desahuciar antes de que seamos nosotros y nosotras los desahuciados de nuestras propias vidas. Dejemos, sobre todo, de buscar un centro que es solo tibieza. Como dicen otros (sin el menor atisbo de vergüenza), somos lo que somos: somos los de abajo, los que ya se han hartado, los indignados, los que al pie del cañón hemos luchado durante décadas desde la sociedad civil para encontrarnos en ya demasiadas ocasiones volviendo a tener que empezar de cero para vivir luchando día tras día en una insoportable inseguridad social y jurídica.
Por ello, en fin, hemos creado esta herramienta llamada Aragón Sí Puede (¿qué otra cosa es un partido político sino una herramienta?). La hemos creado para salvaguardar lo poco que aún no nos han quitado, para recuperar también todo lo que nos deben, para hacer realidad un proyecto de municipio para nosotros y, sobre todo, para nuestros hijos e hijas, pan para hoy y también para mañana. La hemos creado, ante todo y en definitiva, para exigir y para tomar lo que en derecho es nuestro: nuestras instituciones democráticas, empezando, como no puede ser de otra manera, por los cimientos, por la administración más cercana, aquella en la que puede hacerse realidad con facilidad una auténtica democracia participativa: nuestro Ayuntamiento.
Así que a trabajar. Ni yo ni mis compañeros y compañeras vamos a daros la murga pidiendo el voto (como se dice en estos días de campaña electoral) y es evidente que lo pedimos y que lo necesitamos (no estamos en un cartel electoral para otra cosa). Pero lo que sí os vamos a pedir, no lo dudéis, es que además de votar y, sobre todo, os impliquéis, os pongáis a nuestro lado para construir el municipio que queremos para nosotros y nuestros descendientes, para colaborar, también, con nuestro granito de arena, a dar a luz un mundo mejor, que no basta solo con imaginar para que sea posible; pues no es desde arriba desde donde vendrá el cambio que tantos pregonan, sino desde nuestras conciencias, uno a uno y todos y todas a una.
*Os dejo a continuación con las líneas básicas de nuestro programa electoral y con un enlace de descarga del programa más amplio en que explicamos (sucintamente, pues todo está por hacer) nuestro proyecto de municipio. Y un poco más abajo, unos enlaces para que conozcáis el Programa de compromisos mínimos que suscribimos al dar el paso de entrar en política y también para que podáis ir conociendo al magnífico equipo de personas (excelentes profesionales y excelentes personas provenientes de casi todos los ámbitos) con los que aquí en Graus y también en Benabarre y en Castejón de Sos (en nuestra comarca, en suma) queremos construir una nueva política hecha para y a la medida de las personas.
ENLACE PARA DESCARGA DE NUESTRO PROGRAMA ELECTORAL
Programa de compromisos mínimos.
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Carlos González Sanz
Papeles de Casa Vigo 